16 de febrero de 2007

Y las cosas vienen y van.

Y la gente sigue o se va, pero permanecen. Ya lo dice Pelluch, "cuanto más cambian las cosas, más siguen estando igual" Otro Martes y 13 más, un San Valentín menos, una rajada de Eto´o más y un no pasa nada de Laporta menos y pese a cambiar, todo igual.

Pues eso es, poco más o menos, lo que pasa con las notas, con los exámenes. Revisiones que vienen, revisiones que se van, argumentos sutiles, razonables argumentos, desastrosas excusas, fatales consecuencias.

Eso es supender, o aprobar a medio gas. Por mucho que uno se esfuerza, no llegan los resultados esperados. Las cosas a medio camino. La paciencia se agota, el desánimo cunde, pero no por ello echarse a atrás, no por ello perder el buen humor. Como dicen por ahí, el valor de un hombre se mide, no por las veces que se cae, sino por las que es capaz de levantarse...Y caminar, como dijo Jesús a Lázaro en alguna parte olvidada del Nuevo Testamento.

Descansad en paz, corderitos. Mi otitis no es de esa opinión.

P.D: Este post va dedicado a Mariola, por el peloteo, y a David por emprender la gran hazaña de darme visitas con sus comentarios.


1 comentario:

Von Snuff dijo...

Elena no tenía dinero para pagar la cena. Bisbal fue torpe y dio de beber a Alicante. Fran y Bea.

Ya que me andas citando, te dedicó un poema: Orejas sangrantes. La alegría de un aprobado. Blah blah blah, fin.