19 de enero de 2008

El pobre mono...



Pobre mono, miradlo. Él, que se había hecho multitud de ilusiones con su plátano, su gran y dulce plátano, se ha tenido que conformar con la triste realidad del plátano. Su realidad, su triste realidad.




Y ahí está, mirando, como siempre le pasa con los plátanos que le gustan, bobamente al infinito, sabiendo que le toca darse de bruces de nuevo con el mundo que le rodea. Porque monito, debes saber que tu función en el mundo, tal vez no sea devorar grandes plátanos como anhelas y te debes fijar en otros que, a primera vista, no sean tan apetecibles, pero que, probablemente, en su interior, tengan esas adorables y benditas manchitas negras, tan y tan dulces.

Y es que, querido mono, no debes admirar tanto a los plátanos que te gustan. No debes convertirlos en axiomas en tu vida. No debes tratarlos con una prioridad absoluta. Cierto que alimentan, pero no te garantizan la supervivencia. Luego, el conocimiento y la verdad del plátano te hará ver que no se trataba sino de una mera ilusión.

Si, monito mio, una simple ilusión. Otra desilusión más, querido monito, otra desilusión más.

4 comentarios:

Fran dijo...

WTF!?

everything is ok?

Anónimo dijo...

pq kieres un plátano grande??? ;)

Jorge Poti dijo...

Bueno, everything, everything no, pero nada, son cosillas mias Fdan, Fdan!!

Anónimo dijo...

Hola Poti!!! El mono es muy mono, pero no me gusta la comparación ;)
Bueno que aproveches ahora que estás por tierras manchegas y actualices mucho mucho que aquí una se aburre más de lo que parece (es lo tiene este enero febreril)
Muakks