El profeta del desastre

Marianico Rajoy. Si, el profeta del desastre y un desastre como profeta, como le dice a menudo Zapatero. El debate ha sido duro y rancio. Como toda la legislatura. Sorprende la agresividad pausada de Rajoy al inicio, sin ser el Rajoy de los últimos cuatro años, y la falta de iniciativa de Zapatero en algunos temas.

Pero ¡ay! amigo, que tras la pausa Mariano perdió la concentración, se dedicó a insultar (por supuesto, todo el debate sin aportar ideas nuevas ni propuestas) y a ser el auténtico Rajoy de estos tiempos, faltón y con palabras vacías.

Zapatero, por su parte, fue de menos a más y ganó sin hacer grandes alardes, simplemente porque el otro es muy malo. Un poquito la víctima (ese papel tan fácil de interpretar) y a defenderse de los argumentos demagogos de Rajoy. Victoria a los puntos y a esperar la vuelta, donde confío en ver a ese hombre de estado que votaré el día 9 de marzo y que acalle las insolencias acerca de ETA que sobre él vierte de manera despiadada el amigo Rajoy.

(A dos días de mi cumpleaños, por cierto...)