31 Ligas...Y un pasillo

Pues si. Este domingo el Real Madrid ha ganado la Liga número 31 en su historia, con lo que aumenta su distancia de campeonatos frente al segundo, el Barça.

Tras ver el desfile mediático de los jugadores por los diferentes estados de la celebración de un objetivo cumplido, la explosión de júbilo tras ganar, el alargamiento de la fiesta en vestuarios, acordarse del enemigo con agrio humor, el bajón festivo en el avión y, finalmente, la fiesta orgásmica en la Cibeles, he decidido que ya es hora de comentar algo acerca de esta Liga que ya está vista para sentencia en prácticamente todos sus puestos.

Al contrario que el año pasado, el Madrid ha sido un vencedor merecido de esta Liga, tanto por sus propios méritos, el arranque extraordinario de la temporada, como por deméritos del resto: al Villarreal una Liga aún le viene grande, el Atleti no está para estas batallas, el descalabro del Valencia, las dudas y problemas en el Sevilla o el Barcelona, del que mejor no hablo.

El Madrid no es un equipo que juegue bien, ni mucho menos, ni es un equipo que sea perfecto en defensa, ni mucho menos, pero tiene dos cosas que muchos equipos no tienen: flor y carácter. La flor ya la tuvo el año pasado, que más que una flor era un bosque, y este año en algunos momentos de la temporada, también la han tenido. Y el carácter, que es ese adjetivo que algunos equipos adolecen de él, mientras que otros lo sacan a relucir positivamente en los momentos complicados de los partidos.

Así que nada, a esperarse a la temporada que viene y este verano que Alves nos ampare, a los culés, claro.