Llegó el día. Horas faltan para el gran momento de la semana/mes. Recordarlo hace que a uno le entre cierto cosquilleo en el estómago, las piernas bailen a un ritmo no habitual en ellas y haya cierta sensación de que el tiempo no pasa lo suficientemente rápido.
El cuerpo se levanta cansado tras el esfuerzo físico anterior, aunque prontamente se pone en un nivel aceptable de pulsaciones y, por su parte, el cerebro sigue dormido y reniega de que sea tan pronto la hora en la cual el cuerpo ha decidido que había que ponerse en pie.
Ya falta menos. La prensa da claves, suposiciones, teoriza, y hace un alarde imaginativo ante las posibles alternativas que se producirán al final del choque tanto para ganadores, como para perdedores. La prens también habla de un español que ya ha cumplido también de amarillo y púrpura, como los toreros.
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