Dos horas después

Se acabó. Sergio, el último en marcharse, ha dicho vaya bajón...Y tanto que vaya bajón. No ha podido ser. Como alguien dijo alguna vez, en un partido perfecto, se quedaría cero a cero ya que nadie cometería errores. Y esto es lo que ha pasado, que nadie ha cometido errores.

Excepto uno, el que ha hecho Zambrotta. Minuto 13, pase en horizontal hacia la frontal de área, donde no hay ningún jugador del Barça y el balón que le cae a Scholes que empala un disparo tremendo con la pierna derecha. "Ni con tres porteros" decía Paco González en la radio. Tras ello, sufrimiento, varios "Believe", sonrisas, una ensaladita de pasta que mi estómago encogido no pudo comer y luego una tremenda decepción.

Se acabó. Las ilusiones desatadas, la euforia, el "y si.." se ha quedado en agua de borrajas. Los culés nos vamos a dormir decepcionados y ciertamente desalentados. Es la segunda temporada sin títulos. La temporada de la redención, la que iba a ser la temporada en la que los errores de la pasada temporada no volverían a ocurrir. Pero éstos se han repetido e, incluso, acrecentado.

Una plantilla comodada, adulada e indolente en la que algunos jugadores han renunciado a serlo, añadido al más que conocido entorno mediático culé, han provocado una bola de nieve de dimensiones desproporcionadas y que no se sabe qué y a quién se llevará por delante, aunque todo apunta a limpieza de vestuario y de equipo.

Es el fin de un ciclo, el fin de un equipo que desde aquí pido que se recuerde como el rodillo, un equipo que tenía un engranaje perfecto, que funcionaba como un reloj suizo, con dos líderes en lo espiritual (Deco y Puyol); con el mejor jugador del mundo (Ronaldinho) y del futuro (Messi); con un deprededador del área (Eto´o); con una defensa aguerrida como no se recuerda en años por la Ciudad Condal (Márquez, Milito, Gio), con una cantera que daba unos frutos que mejoraban la cosecha anterior (Xavi, Valdés, Iniesta, Bojan)...

El equipo del rodillo, el equipo que fue rey, pero que no quiso ser emperador. El rodillo, que acribilló al Madrid en el Bernabéu, que humilló al Villarreal, que vapuleó a sus enemigos, que salió aplaudido de cuantos campos visitó, que tuvo en el Chelsea en su alter ego, el equipo, en definitiva, que pudo imponer una dictadura en España y en Europa, pero que no quiso. El equipo que será recordado por ganar 2 Ligas y una Champions jugando a un fútbol del siglo XXI, presionando desde arriba y tocando desde abajo, siendo anchos para ser profundos, tocando, presionando y desmarcando.

Ese equipo que nos dibujaba una sonrisa cada miércoles o cada sábado. Ese equipo que será más recordado, no por lo que ganó, sino por lo que dejó de ganar con la plantilla más equilibrada del fútbol mundial, me atrevo a decir, de todos los tiempos.